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  1. LTC, La Tienda en Clase.

    viernes, 22 de marzo de 2013

    Alberto Olmos (Segovia, 1975) se subió al carro de de los escritores en 1998 con su novela A borde del naufragio, al quedar esta finalista de un certamen literario. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Residió durante 3 años en Japón, donde impartió clase de español e inglés. A su vuelta se instaló en Madrid y desde allí ejerce de colaborador de diversos periódicos. Además de seguir con su labor literario también transcribe sus pensamientos en un blog personal Hikikomori.


    El pasado 6 de marzo, el equipo docente de la facultad en la cual estudio, organizó una charla de asistencia "voluntaria" a la que acudieron Alberto Olmos, como escritor, y Carlos Rod, como empresario de la editorial La Uña Rota. La charla comenzó con las protocolarias presentaciones y una pequeña porción de historia por parte del señor Rod. Uno de los temas abordador por el escritor durante el coloquio trataba sobre la oportunidad que brinda Internet para actuar como crítico, así pues hoy ejerceré de oportunista y haré de esta entrada una leve pero ácida crítica.

    No soy un experto en materia, pero puedo afirmar que hubo una época en la que la literatura era laureada y respetada, ya que eran verdaderos intelectuales los que a través de las palabras expresaban sus ideales o sentimientos de forma casi desinteresada. Pero gracias a la máquina capitalista este sector se ha convertido en un mercado, competitivo y mal remunerado. Para vivir de escribir en nuestro tiempo hay dos caminos: ser bendecido con una capacidad literaria exquisita o utilizar las herramientas que el capitalismo otorga mediante la publicidad. Francamente,y evitando de alguna forma hacer comparaciones con la teletienda, diré que el 80% de la conferencia iba destinada a la venta de la obra Pose. Este tipo de publicidad debería hacerse en el punto de venta y no en el aula de una universidad, puesto que los oyentes esperan que la información que les ayude entre otras cosas a afrontar una situación académica. A pesar de todo siempre se aprende y en esta ocasión he aprendido algo que quizá me valga para mi futuro como publicista, y es que si quieres vender, debes promocionar tu producto cuando la situación lo requiera.

    A pesar de lo que pueda suscitar este liviano análisis, les deseo la suerte más sincera tanto al escritor como al editor.