Debido a su popularidad en los últimos años, las redes sociales son una herramienta perfecta para las marcas, formando un vínculo directo con los consumidores. Esta afirmación concreta Estrella Martínez Rodrigo y Lourdes Sánchez Martín en su artículo Comunicación entre menores y marcas en las redes sociales. Este escrito se centran en la marca Coca-Cola y su entrada en el universo virtual que ofrece la red social Tuenti.
Este nuevo canal de comunicación one to one es perfecto para las marcas, ya que el bajo coste de las campañas y la opinión directa de los consumidores permite a la compañía modificar su estrategias para amoldarlas a las distintas tendencias, en un tiempo casi inmediato. Este modelo no es nuevo, sino que ya ha sido definido por el canadiense Jean Cloutier, bautizándolo como EMIREC.
Según el artículo mencionado, Coca-Cola se introdujo en 2010 en el mundo Tuenti para dirigirse a los adolescentes. El éxito de Coca-Cola en este medio fue palpable, ya que en un reducido periodo de tiempo, cosecho un importante número de seguidores. A partir de este triunfo, Coca-Cola orientó su campaña a cubrir distintas tendencias. Para ello se vale de un canal propio donde poder acceder libremente. Además busca cautivar al adolescente mostrando diferentes alternativas temáticas que susciten su interés; tales como cine, deportes, música, regalos...
Según el estudio realizado, los chicos son más propensos a iniciar un vínculo directo con Coca-Cola, mientras que las chicas se decantan por la música. Salvo esta diferencia, ambos sexos se muestran igualmente interesados en el resto de temáticas.
Este nuevo rol EMIREC no es exclusivo de los adolescentes, sino que esta al alcance de todos y en infinidad de soportes. Este vínculo es de lo más eficaz en cuanto a efectividad productiva se refiere, pero cómo afectará en un futuro cercano a la sociedad. A mi modo de ver, el prosumer, no es más que otra herramienta del mercado capitalista para sellar con el consumidor un vínculo casi familiar. Es cierto que hoy en día comprador es más coherente a la hora de adquirir un producto, pero las grandes empresas saben como camuflar el engaño y manipular al cliente para despojarlo de su juicio.
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